21.3.07

Del temor a ser juzgada

Hoy fui a Dzibichaltún con mis nuevos compañeritos de trabajo a contemplar el fenómeno del equinoccio a través del Templo de las 7 muñecas y llenarnos de energía.

Era yo y mi pequeño harem de 4 hombres contemplando el amanecer y aguantándonos el sueño. Había gente orando, gente haciendo yoga, tai-chí, meditando y gente simplemente contemplando o echando el chisme.

Para inspirar comienzo fresco, hicimos el ritual de la semilla, según el cual teníamos que encogernos sobre la tierra y pensar en todos nuestros miedos, inseguridades, defectos y en general en todo lo que no nos gustara de nosotros que quisiéramos cambiar. Después de acumular todo esto, nos incorporamos levantando los brazos y gritando para sacar todo.

Pensé en muchas cosas mientras meditaba, en cosas que no me gustaban de mí, pero después de un rato de repasar todo, a lo único que volvía era a mi miedo de hacer las cosas mal y que los demás me juzgaran.

¿Qué onda con eso? Tanto que dice uno que no debe importarle lo que piensen los demás... pero la verdad es que muchas veces el rumbo de tu vida se ve marcado por las percepciones de los demás: desde con quién vas a andar en la escuela hasta tus futuras referencias laborales.

Aunque la diplomacia y la cortesía son tema aparte, lo cierto es que sí temo mucho que piensen mal de mí. Ayer un amigo me decía: ¿Qué onda con tu blog? Ya restáuralo. No tuve el valor para decirle que le había cambiado de nombre para quitarme la paranoia de encima de que mis amigos me leen y piensan que soy rara... Y eso que son amigos con los que ya salí del clóset.

Se dice mucho que la gente miente en internet, pero yo creo que yo soy mucho más yo. No sé, temo que piensen que soy demasiado lesbiana, demasiado sexual o demasiado cursi, no lo sé.

Otro amigo me dijo ayer: Ayer hablé con fulano y me di cuenta de que cada vez tenemos menos de qué hablar. De todos mis amigos de la prepa, tú eres la única con la que todavía puedo hablar.

Primero me sentí bien, pero la verdad es que sé que soy complaciente y que muchas veces me bajo al nivel de los demás -no porque estén en un nivel más bajo, sino para hablar su idioma-.

Todavía me recrimino de haber salido la semana pasada con un amigo al que me daba flojera ver, para ir a ver a la Sinfónica a la que nunca me han dado ganas de oír, para escuchar temas de trova que siempre me han aburrido. Lo peor es que después de eso accedí a ir con él a cenar y luego a tomar un café, aún cuando no teníamos tema de conversación.

Sí, sí soy complaciente. Pero siento como si el mundo a mi alrededor fuera de una forma y en mi interior fuera otro mundo completamente distinto. Creo que me la pasaría chocando a cada rato y temo a la confrontación, me estresa, la verdad es que soy una débil, me saca de mis casillas y me dan ganas de llorar.

Chale, soy muy insegura. Tengo que trabajar en eso.

1 comentario:

  1. No creo que seas la unica, que cree que su inside es muy diferente a su outside, he tratado de equilibrarlo, pero aveces simplemente dejo de ser yo ante los demás.. o simplemente prefiero ausentarme mentalmente..

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